martes, 24 de abril de 2007

La Tumba de la Sacerdotisa de San José de Moro

San José de Moro
A 3 kilómetros al norte de Chepén, en el distrito de Pacanga, Provincia de Chepén, se encuentra San José de Moro, un pequeño pueblo que albergó, hace 1500 años, el núcleo de un importante centro ceremonial y cementerio para la élite de los Mochicas y de los pueblos que los sucedieron. En el sitio hemos conducido investigaciones desde 1991, concentrándonos en definir mediante estudios estratigráficos las distintas sociedades que allí vivieron y en estudiar sus costumbres, creencias, artes, formas de organización y gobierno, estructuras sociales y de poder a través de los restos que nos dejaron en sus tumbas. Los hallazgos más importantes han sido grandes tumbas de cámara, dos de las cuales contenían a las Sacerdotisas de la "Ceremonia del Sacrificio", a través de excavaciones realizadas en 1991 y 1992. Todo indica que se trata de una mujer que participaba en los rituales de sacrificio a través de la presentación de la copa que contenía la sangre de las víctimas. Su presencia simbolizaba la reproducción de su sociedad.

La Sacerdotisa de la Ceremonia del Sacrificio
El aspecto más importante de los descubrimientos realizados en San José de Moro es que sabemos quiénes eran las mujeres allí enterradas. Dos de las tumbas encontradas contenían los restos de mujeres sepultadas con los atuendos y ornamentos de la Sacerdotisa de la "Ceremonia del Sacrificio". Esta ceremonia consistía en un complejo ritual de sacrificios humanos de guerreros Mochicas derrotados en combates rituales y la posterior ofrenda de su sangre a un Dios Supremo. La "Ceremonia del Sacrificio" era aparentemente el centro de la liturgia Mochica y se celebró a todo lo largo de su territorio, desde Pañamarca en el Valle de Nepeña, donde encontramos un mural con la Sacerdotisa llevando la "Copa del Sacrificio", hasta Sipán en el valle de Lambayeque, donde Walter Alva ha excavado la tumba del que parece ser el Dios Supremo que recibía y bebía la sangre de los prisioneros. Las mujeres fueron enterradas con las "Copas del Sacrificio" y con los singulares tocados que llevan en las representaciones. Sus altos rangos y las riquezas de sus tumbas derivarían de su importante función en el ritual religioso. La posición de Sacerdotisa parece haber sido un cargo hereditario, lo que se ha confirmado por el hecho de haber encontrado no una sino dos Sacerdotisas.