

El aspecto más importante de los descubrimientos realizados en San José de Moro es que sabemos quiénes eran las mujeres allí enterradas. Dos de las tumbas encontradas contenían los restos de mujeres sepultadas con los atuendos y ornamentos de la Sacerdotisa de la "Ceremonia del Sacrificio". Esta ceremonia consistía en un complejo ritual de sacrificios humanos de guerreros Mochicas derrotados en combates rituales y la posterior ofrenda de su sangre a un Dios Supremo. La "Ceremonia del Sacrificio" era aparentemente el centro de la liturgia Mochica y se celebró a todo lo largo de su territorio, desde Pañamarca en el Valle de Nepeña, donde encontramos un mural con la Sacerdotisa llevando la "Copa del Sacrificio", hasta Sipán en el valle de Lambayeque, donde Walter Alva ha excavado la tumba del que parece ser el Dios Supremo que recibía y bebía la sangre de los prisioneros. Las mujeres fueron enterradas con las "Copas del Sacrificio" y con los singulares tocados que llevan en las representaciones. Sus altos rangos y las riquezas de sus tumbas derivarían de su importante función en el ritual religioso. La posición de Sacerdotisa parece haber sido un cargo hereditario, lo que se ha confirmado por el hecho de haber encontrado no una sino dos Sacerdotisas.